El cameo, estrategia para atraer a los espectadores que quieren disfrutar de una buena película puede terminar de dos formas: Una es que el cameo integre la obra de la mejor forma y calce perfecto para la importancia del trabajo, o que simpremente, sólo sea una escena más y que no sume para nada. Antes que el análisis pasemos a saber en sí de que se trata este método.
Un cameo es la aparición de un actor/actriz o un material conocido en una película, en una serie de televisión o en cualquier medio, sin que se cobre por ello, con o sin créditos. Normalmente son apariciones cortas en una, dos o tres escenas y con o sin importancia para la trama. En general los cameos son hechos por personas muy famosas, atrayentes para el comprador y de gran magnitud visual.
Volviendo al tema de discución, el planteo es si suman o no cameos y si se volverá una tendecia a seguir por la cinematografía.
Existen numerosos ejemplos realizados para el cine. Muchos directores de la pantalla grande tienen por costumbre incluir cameos de sí mismos en sus propias películas, como Stephen King y Alfred Hitchcock. Infinidad de actores aceptaron algunas vez aparecer unos segundos en pantalla como Arnold Schwarzenegger, Keith Richards (Rolling Stones), Paris Hilton, Keanu Reeves, Christopher Walken, Sarah Michelle Gellar, Anna Kournikova ( la tenista), Michael Jackson y tantos otros.
En series, Los Simpsons se caracterizan por ser unos amantes del cameo, muchas estrellas del cine, el deporte y la música han pasado por sus pinceles. La primera imagen es estupenda pero queda la sensación de que falta más diálogo del personaje en cuestión. Un condimento interesante que se hace cada vez más una realidad.
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